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La Normalidad

El Día del Padre y el primer día de verano están solo unos días de distancia, y otro recordatorio que la vida no se siente normal. Entonces, tal vez es hora de ver lo que entendemos por normal. Como adjetivo la definición de normal es "conforme a un estándar, o habitual, típico o esperado." Como sustantivo, se define como "el estado o condición habitual, promedio o típico." Básicamente, lo que esto me dice es que lo normal es lo que decidamos que es.


Creo que podríamos estar usando la palabra incorrecta para describir lo que queremos. Si lo normal es lo habitual, estado o condición promedio o típico, eso implica que los eventos externos crean lo que sea normal en cualquier momento dado. Tal normal en este momento es usar máscaras, distanciamiento físico, trabajar virtualmente, marchando en protestas o viendo disturbios civiles en todo el mundo en las noticias. Encima de eso, queremos evitar la incomodidad de mirar nuestros propios prejuicios inconscientes y estamos cansados de preocuparnos por enfermarnos. Si eso es normal, realmente no queremos eso, entonces lo que estamos buscando no es la normalidad, sino algo que se está volviendo más parecido a la nostalgia. Queremos que la vida sea como era pre-pandemia. Muchos quieren que la vida sea como antes de George Floyd. Pero eso es el pasado y no podemos vivir en el pasado. Solo vivimos en el momento presente. Tampoco podemos evitar cambio.


El cambio ocurre todos los días de nuestras vidas y sabemos que podemos sobrevivir porque lo hacemos… todos los días. El desafío es hacer más que sobrevivir al cambio. Es aprender cómo abrazarlo, acéptarlo y prosperar de él.

Recientemente hablamos sobre la importancia de comprender que el cambio es situacional y que las fases de transición que siguen son psicológicas. La pandemia sucedió. El asesinato de George Floyd sucedió. Las protestas todavía están sucediendo. Se han producido más asesinatos policiales en las últimas dos semanas, incluyendo Rayshard Brooks en Atlanta. Ciudades de todo el mundo están hablando sobre desembolsar o desmantelar la policía. Las ciudades se están reabriendo mientras Covid-19 continúa extendiéndose y aumentando. Se siente como si estuviéramos bombardeados con el cambio, con la vida no siendo normal y enfrentando mucha incertidumbre sobre quiénes somos, dónde terminaremos, por qué estamos aquí y cómo resultará todo.


¿Pero que la vida so es realmente así todo el tiempo? Por supuesto, pero la mayoría de los cambios que ocurren en nuestras vidas no son tan grandes como las que enfrentamos en un corto período de tiempo y creo que eso es lo que hace que la mayoría de nosotros nos sintamos tan inquietos. Y en estas circunstancias inusuales, estamos pasando por múltiples fases de transición simultáneamente. Antes de haber tenido la oportunidad de dejar de lado lo que hemos perdido, nos sentamos un rato en neutral y luego miramos hacia nuevos comienzos. Esto hace que muchos permanezcan en alerta máxima esperando que el otro zapato caiga. Pero esto no nos sirve y no nos ayuda a servir a otros.


Un mejor enfoque podría ser centrarse en lo que queremos que sea la nueva normalidad. No podemos decidir eso para el mundo, pero podemos decidir por nosotros mismos. Sin embargo, no podemos hacer esto, a menos que estemos centrado y tranquilo para que las hormonas del estrés no nos inunden con la necesidad de actuar sin pensar.

Para adaptarnos o aceptar el cambio, tenemos que utilizar dos componentes de nuestras mentes. Uno es el lado racional que puede analizar, evaluar y comparar. Pero el lado racional de nuestros cerebros también puede analizar en exceso, pensar demasiado y crear problemas donde no necesariamente existen. Y este aspecto del cerebro no puede hacer una cosa muy importante que necesitamos, que es motivarnos. Necesitamos nuestro componente emocional de la mente para hacer eso. Necesitamos incorporar el amor, empatía, compasión y lealtad a nosotros mismos u otros para motivarnos y todos existe en la hogar de las emociones. Pero, ese aspecto emocional de nuestras mentes también busca gratificación instantánea, placer en lugar de dolor, el consuelo y la certeza.


Considere cuando esta estresado y se diríje al congelador por esa pinta de nieve.

El lado racional de su cerebro comienza a decirle por qué eso no es una buena idea. De que se arrepentirá de las calorías adicionales o las altas cantidades de azúcar que está a punto de consumir. Pero el lado emocional del cerebro le dice "No me importa. Solo quiero sentirme mejor, y punto."

Si eso no suena lo suficientemente desafiante, nuestras mentes en duelo, hay un factor más que entra en juego aquí y eso es autocontrol. El autocontrol va más allá de la fuerza de voluntad, ya que es realmente basado en nuestra capacidad de control se si mismo. Desafortunadamente, tanto la fuerza de voluntad como el autocontrol son recursos agotables y no tenemos una cantidad infinita. Tendemos de comenzar el día como personas llenas de autocontrol si estamos bien descansados y bastante contentos pero luego se agota durante todo el día. Al final del día, puede que no le quede ni una gota de autocontrol. Y eso ciertamente no es bueno para tomar decisiones o escuchar mal noticias. "No puedo soportarlo más" es una reacción común a cualquier desafío que ocurra tarde en el día o la noche.


El autocontrol se está agotando, desde hacer frente a los miedos, hasta controlar nuestros gastos y tratar de concentrarse en instrucciones. Cuando las personas intentan cambiar las cosas, generalmente están jugando con comportamientos que se han vuelto automáticos, y para cambiar esos comportamientos requiere una cuidadosa supervisión por parte de la parte racional de nuestros cerebros. Cuanto mayor sea el cambio, más drenará el "autocontrol", por lo que se vuelve mucho más claro el por qué podemos sentirnos cansados ​​y desgastados a ese punto.


Cuando agotamos nuestro autocontrol, lo que realmente agota son los músculos mentales necesarios para pensar creativamente, concentrarse, inhibir los impulsos y persistir ante la frustración o fracaso. Estamos agotando precisamente los músculos mentales necesarios para hacer o manejar un gran ¡cambio! Y esto es lo que hace que el cambio se sienta difícil. Es difícil porque estamos agotados.

Pero hay varios pasos bastante simples que podemos tomar para reducir nuestro agotamiento y recuperar nuestra control de autoestima. El cuidado personal está en la parte superior de la lista, por supuesto. Duerma lo suficiente, haga ejercicio, coma sanamente, y practique la atención plena y la meditación. Si no quiere meditar formalmente, al menos practique ejercicios de respiración. Hay mucho en el mundo en este momento que tiene el potencial para molestarlo, enojarlo y frustrarlo. Y a medida que pasan los días y se disminuye el autocontrol, es fácil caer en comportamientos reaccionarios o dañinos. Si trabajara para sostener su autocontrol durante todo el día con cuidándose, las probabilidades son mucho mejores en manteniendo cierto autocontrol incluso al final del día.


Dedica un tiempo a concentrarse en lo que va bien. He encontrado muchos aspectos del cierre que quiero que sean parte de mi normalidad ahora, incluyendo la desaceleración un poco, tomar más tiempo para apreciar y disfrutar aspectos de mi vida que había dejado caer en la acera centrándome demasiado en el trabajo. Creo que hay mucho bien que puede venir de las protestas y ahora mismo, estoy agradecida y aliviada de que tanta gente se preocupe y esté dispuesta a hablar, lo cual es muy importante para reducir el cinismo que se había estado gestando internamente en mí durante los últimos años. Ahora, que puede traer a la luz?


Otro paso útil es evitar discusiones y / o consumir eventos actuales al final del día. Si quiere tener una discusión sobre lo que está sucediendo, o tal vez aún más importante, si desea escuchar una opinión contraria, hágalo temprano en el día, mientras las reservas de control son más altas.


A medida que los eventos continúan ocurriendo y las circunstancias cambian, también es útil

hacer un balance de sus propios cambios personales ¿Necesita cambiar algo ahora en respuesta a la cambios que ocurren a su alrededor? Tal vez si tal vez no. Si lo hace, no intente hacer grandes cambios todos en seguida. Tome pequeños pasos hacia el cambio y monitoree tanto su estado emocional como su razonamiento ¿Estás pensando demasiado e inventando historias, las cuales hacen que todo parezca peor que lo que es realidad? ¿Está corriendo por la ira o la emoción sin escuchar a su lado racional? ¿Estás tratando de planificar cada paso que debe tomar en los próximos dos meses para realizar con éxito cualquier cambio que intente? Eso no puede funcionar en este momento porque ninguno de nosotros tiene idea de lo que podría ocurrir en los próximos dos meses. Entonces, tome pasos de bebé solamente. ¿Qué puede hacer hoy para comenzar a trabajar hacia el cambio al que apunta?

Por ahora, no podemos predecir lo que sucederá, pero podemos manejar nuestras propias emociones, cuidarnos nosotros mismos y crear hábitos saludables para apoyarnos a través de lo que se nos presente. Podemos también pasar un tiempo considerando cómo queremos que sea nuestra normalidad. Lo animo a reformular su idioma la próxima vez que diga "Solo quiero que las cosas vuelvan a la normalidad". Ese barco ya se ha navegado más o menos, como dicen. En cambio, cámbielo a "¿Qué quiero que sea normal para mí? ¿ahora?" Luego, puede comenzar a hacer cambios para alcanzar esa normalidad, su estado o condición típica dentro del contexto de cualquier cambio o desafío que pueda enfrentar.


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