Si me hubiera dicho el abril pasado cuando hablé por primera vez de la dificultad de lidiar con las transiciones, y específicamente con la 2ª fase del proceso, esperando, que todavía estaríamos en esta fase hoy, lo hubiera pensado imposible.
Pero aquí lo estamos-- o todavía--o de nuevo. Esperando una vacuna. Esperando que las empresas vuelvan a abrir. Esperando ver a nuestros amigos y seres queridos en persona. Esperando un regreso de sensación a la normalidad.
Me resulta más fácil sentarme en esta fase turbia de transición ahora en vez que la primavera pasada, pero también tengo días en las que estoy harta y quiero que desaparezca. Por supuesto, eso no va a suceder. Entonces, cuando surgen esos días, me concentro en lo que específicamente está causando mi angustia. Que es lo que quiero para hacer, que no puedo hacer ahora? Curiosamente, cada vez que me doy cuenta de que realmente no hay nada que quiero hacer. Simplemente no me gusta sentir que no puedo, lo que suena bastante infantil, pero esa es la verdad.
La observación consciente en atención plena de nuestros propios pensamientos y comportamientos a veces es algo bastante milagroso. Nuestras mentes producen pensamientos que crean emociones y la mayoría de las veces, si las emociones son negativas, simplemente pensamos que estamos de mal humor y eso es todo. Pero si nos tomamos el tiempo para observar lo que sucede entre nuestros oídos, sin juzgar, encontramos que cuando nos enfocamos en el actividad, la actividad disminuye. Este proceso también funciona para el dolor físico. Centrándose en el dolor específico de una manera detallada, notando las diversas sensaciones que se sienten: hormigueo, agudeza, dolor, calor: esas sensaciones disminuyen de sutil a sustancialmente, y encontré eso fascinante.
Mi mente ha sido un revoltijo durante la última semana mientras trato de hacer malabares con el lado comercial de tener un negocio en el lado creativo de producir el trabajo en mi época menos favorita del año por todos los plazos relacionados con la contabilidad y los impuestos. Como tesorera para una agencia de fondos no lucrativos, este es nuestro tiempo de auditoría anual, así que cambiando mis pensamientos de lecciones sobre diversión a el recuento de inventario se siente como una lucha monumental. La monotonía de producir 1099 en tontos formularios que no se alinean en la impresora ralentizan mi flujo creativo a un goteo. Siento el cansancio acercándose y volviéndose algo sin sentido, varias veces al día en algunos días. Y luego me recuerdo de hacer una pausa y observar. Estoy creando este estado de ánimo, esta sensación abrumadora, esta sensación de pavor.
Cada vez que esto sucede, reconozco que simplemente necesito volver a mis prácticas. Observando mi pensamientos y sentimientos con un sentido de curiosidad. Meditando y reflexionando, enfocándome en lo positivo, sintiendo gratitud. Que bendecida soy de tener un negocio en el que presentar 1099 durante este aparentemente nunca- de encontrar fin de la pandemia? ¿Qué suerte tengo de tener una salida creativa en la que jugar constantemente y que como beneficio adicional, ¿puede motivar a otros a vivir con más alegría? Cuán significativo es poder usar habilidades profesionales previas para ser voluntaria y apoyar una organización que está tratando de hacer la vida de los niños abandonados un poco mejor?
Es simple de observar. La parte difícil es recordar de detenerse y hacerlo. Tómese unos momentos ahora para considerar cualquier área de angustia en su vida. Puede ser útil anotarlo y luego dedicar unos minutos a observar los pensamientos que pasan por su mente mientras reflexiona sobre ellos. Cuanto más tiempo observe, más disminuirá la intensidad de esos pensamientos o sensaciones. Una vez que la intensidad se reduce, es mucho más fácil reformular la situación en algo más positivo y reconocer áreas de gratitud y esperanza en las que centrarse.
Todos enfrentamos algún tipo de incomodidad y todos esperamos juntos que las condiciones externas se mejoren. Pero la vida sigue y realmente podemos quedarnos estancados si esperamos vivir hasta que esos factores se mejoren. Muchas personas están muy frustradas porque aún no pueden recibir una vacuna, pero resistir esperar e incluso sentirnos enojados por eso no nos sirve de ninguna manera. El lanzamiento de la vacunación es lo qué es y no podemos cambiar eso. Podemos aceptar que si queremos una vacuna, la obtendremos eventualmente, pero el cronograma no depende de nosotros. Mientras tanto, todavía tenemos una vida por vivir, así que ¿por qué no vivirla al máximo en estas circunstancias?
Helen Keller dijo: “Cuando se cierra una puerta de la felicidad, se abre otra; pero a menudo miramos tanto tiempo a la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros."
Creo que muchos de nosotros estamos mirando la puerta cerrada, esperando a que se abra de nuevo en lugar de esperar que unas nuevas puertas estén abriéndose para que pasemos entre ellas.
La felicidad es definitivamente un trabajo interno, por lo que es importante que apuntemos a la alegría, la comodidad y el sentimiento a gusto, a pesar de lo que sucede a nuestro alrededor. Las prácticas de atención plena definitivamente ayudan y la meditación es una práctica excelente no solo para calmar la mente, sino para mejorar nuestra sistema inmunológico y de salud. Tenemos muchas herramientas y técnicas a nuestra disposición para apoyarnos a nosotros mismos a través de estos tiempos desafiantes. Solo tenemos que recordar de usarlos. Establecer alarmas, colocar notas adhesivas en el hogar u oficina, programar una cita en su calendario, lo que sea que funcione para recordarle que debe hacer una pausa, observar y replantear.
No podemos forzar que todo sea positivo o feliz, pero definitivamente podemos mejorar nuestro nivel de energía hacia lo positivo y eso definitivamente nos servirá bien. Y todos podemos dejar de mirar hacia la puerta cerrada detrás de nosotros y empezar a buscar nuevas puertas para abrir.
Hasta la próxima, estaré aquí, esperando, pero también abierta a lo que vendrá después. Que tenga un maravilloso semana.